Ludopatía. Cuando el juego se convierte en una adicción.
Ludopatía. Cuando el juego se convierte en una adicción.
Aunque no existan estadísticas oficiales, las estimaciones son alarmantes y señalan que entre un 0,5% y un 2% de la población es adicta al juego en nuestro país. Lo más llamativo es que hay un cambio progresivo en el perfil del ludópata; son cada vez más jóvenes, tienen un mayor nivel de formación y un acceso fácil a múltiples propuestas en la red.
Ya no hablamos únicamente de engancharse al bingo, al casino y a las tragaperras, hablamos de la adicción a las máquinas de apuestas deportivas y al juego online, regularizado en junio de 2012. Efectivamente, las apuestas son la segunda causa de ludopatía.
Una vida de engaños, excesos y pérdidas.
Gracias a internet y al acceso a las nuevas tecnologías un clic es suficiente para conectarnos desde cualquier lugar con cualquier sitio del planeta y sin restricción horaria. Esta situación, como mencionábamos, ha modificado la edad de los adictos. Si antes el perfil se asociaba más a personas de edad adulta/avanzada, hoy nos encontramos con jóvenes en su mayoría de entre 16 y 25 años.
La ludopatía no es un vicio, no es un defecto, no es propio de personas débiles, negativas, “sin personalidad”, ni tampoco de personas con mucho tiempo libre.
La ludopatía o juego patológico es considerado un problema psicológico que afecta todos los aspectos de la vida; la persona percibe que tiene todo bajo control, pero le resulta imposible aplazar el impulso o deseo por jugar.
Con frecuencia un familiar o las personas más cercanas van detectando los cambios en el estado de ánimo del ludópata (irritabilidad, mal humor, poca tolerancia, preocupación intensa, ansiedad, insomnio, etc.). Pero esa detección no siempre es inmediata; básicamente porque los ludópatas no acuden diariamente y a toda sala de juego que encuentra a su paso, sino que por lo general, fijan su atención en una o dos y puede acudir con una frecuencia regular, pero espaciada.
En el caso del los jugadores online, también es complicado porque casi todos poseen un móvil con acceso a internet y con los múltiples usos que puede darse con la tecnología, es muy difícil distinguir en qué actividad concentran su atención y su interacción.
Sin embargo, en ambos casos, el comportamiento de juego desadaptativo será caracterizado por uno o más de los siguientes criterios:
- Preocupación por el juego. Planifican la próxima aventura o piensan formas de conseguir dinero con el que jugar.
- Necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación deseado.
- Fracaso repetido de los esfuerzos para controlar, interrumpir o detener el juego.
- El juego se utiliza como estrategia para escapar de los problemas o para aliviar sentimientos de desesperanza, culpa, ansiedad, depresión.
- Se engaña a los miembros de la familia, terapeutas u otras personas para ocultar el grado de implicación con el juego.
- Se confía en que los demás proporcionen dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.
Los efectos de jugar sin límites.
Los jugadores patológicos tienden a tener una serie de problemas en distintas áreas de su vida a causa del juego. Estas consecuencias son las siguientes:
- Psicopatológicas: en el ámbito personal se vuelven emocionalmente inestables. Puede tener cuadros de tristeza, alegría, ansiedad, depresión, irritabilidad, euforia y otros.
- Familiares: en el entorno familiar y de pareja empieza ha existir una desatención familiar, falta de comunicación, alteraciones en la sexualidad de la pareja, etc.
- Laborales – académicas: en la situación laboral u académica disminuye su rendimiento; en el trabajo, desmotivación, faltas injustificadas, lo que puede propicia el abandono del trabajo, de los estudios, despidos, etc.
- Sociales: en el entorno social hay desatención de las amistades, disminución de las actividades de ocio, pérdida de relaciones significativas, desinterés y aislamiento.
- Consumo de sustancias: en general, la ludopatía va de la mano del uso y abuso de tabaco, alcohol, cocaína entre otras sustancias psicoactivas.
- Legales: en muchos casos se llega a la justicia porque ocurren actividades delictivas provocadas por el juego.
- Económicas: en este plano hay deudas y problemas de dinero relacionados al juego. El jugador sigue jugando hasta perderlo todo y comienza a apostar dinero que tenía otro destino. Dinero que era para pagar el cole de los hijos, para pagar la luz, dinero de una herencia que estaba guardado o de los ahorros familiares, de la empresa donde trabaja, etc.
Y además de todo ello, una profunda convicción de que todo está bajo su control. El jugador compulsivo no puede dejar de jugar sólo por fuerza de voluntad, es decir, puede abstenerse por un tiempo, pero en algún momento a partir de alguna situación detonante, el impulso triunfará por sobre la voluntad y por sobre las promesas.
La fuerza de voluntad es una condición necesaria pero no suficiente. Tratamiento para superar la adicción al juego.
Como hemos visto, este proceso requiere de la voluntad de recuperación, pero en la mayoría de los casos, es necesaria ayuda y supervisión idónea y profesional. Así lo asegura Manel Colomer, director de psicologíaespecializada.es y sinconsumir.com quien acompaña a las personas en el proceso de recuperación, brindando el apoyo y la asistencia que requiera cada caso.
A su vez, ha establecido distintos tipos de asistencia para responder a las necesidades concretas de recuperación de cada adicto; entre ellas:
- Tratamiento integral de terapia cognitiva para promover el cambio conductual y emocional.
- Apoyo al paciente en tratamiento 24 horas, 365 días.
- Terapias individuales para pacientes, familiares y parejas.
- Terapias de grupo para pacientes, veteranos, familiares y parejas.
- Terapias de motivación para el cambio.
- Sesiones de arteterapia.
- Talleres terapéuticos.
Nuestras Opciones Terapéuticas para la Adicción al Juego – Ludopatía
Equipo Terapéutico
Equipo multidisciplinar especialista en adicción al juego y ludopatía constituido por Psiquiatras, Médicos, Psicólogos, Enfermeras, Terapeutas, Trabajadores y Educadores Sociales y Monitores.